Mi templo es un patio. Mi incienso el azahar. Mi Dios, un limonero.
Mi refugio, donde soy yo, donde recupero mi interior, donde regreso a la
esencia misma de mis creencias es un patio, un patio donde hay un
limonero, un limonero que es único y es el todo. Bajo su sombra oro,
recuerdo y curo mi alma. Mi camino es el que me lleva hacia él cuando
más perdido estoy, cuando pierdo la fé y dudo.
Eres tú, limonero, mi Dios, tu sombra y olor mi refugio y el patio en el que habitas, mi templo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario