Te quejas de tu mala estrella, tú, quien siempre tuvo a la fortuna, mareada, a su lado. Quien engañandose a si mismo sobre la vida y la suerte engañó incluso a su alma y su fé, quien con palabras estupendas creiase la gran pluma, la voz, el rebuzno del proletariado disfrazado de épica. No nos engañas más. Esta bien que creas que no vemos como mientras te pones digno, aceptas la limosna de un amigo, necesaria para la vida de tus queridos y en lugar de entregarla donde y para lo que te fue dada, corres a gastarla con tu Latino de Hispalis en copas y cenas de café llenandote la boca de dignidades, orgullos y soflamas libertarias a modo de anarquista beligerante contra quien te la dio.
Rebuzna mala estrella pero mirate el ombligo y no disfraces tu mala cabeza y tu canalleo de mala fortuna, porque lo tuyo es egoismo y teatro, puro teatro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario