Remoloneando
por internet, ¿qué cosa verdad? Pasearse por páginas llenas de vanalidad,
imágenes repetidas en su fondo, sin vida, sin interés o... ¿quizás todo eso en
realidad sea yo?, no lo sé, hace tiempo que no encuentro atracción en nada,
¿seré nihilista? ¿preguntarse eso es nihilista? tampoco lo sé, la realidad es
que me gusta esa palabra, nihilista, me gusta cómo suena cuando alargo la i de
lis, nihiliiiista, uuuuhm casi la puedo paladear, saborearla y con mi lengua
hacer con la l un lazo, me atraen las palabras.
Soy
un pornoléxico, otro palabro, este inventado pero bonito ¿eh?, ¡eh tú!, si tú,
¿a qué es chula?, a mí me gusta, en fin, que me gustan las palabras. Me gusta
buscar su significado, su etimología y su sentido, luego no las uso nunca, de hecho,
soy muy mal hablado, un amigo hace muchos años me dijo que con diez palabras me
apañaba estupendamente, nunca supe si era admiración, ironía o reproche, pero
¿sabes qué?, que le den por culo, tampoco me importó mucho nunca.
Hay
tanto dentro de mis palabras, las hago mías porque si, que me fascinan. No sé qué
sería de mí en este desierto intelectual el que se ha convertido mi vida sin el
refugio de semánticas, sintaxis, ortografías y morfologías y que de tener a las fonologías
como único recurso, antes muerto que sencillo, preferiria luchar a cuchillo en
algún arrabal barriobajero y caer fenecido que permanecer en semejante tártaro.
La
verdad es que para no tener nada que escribir hace unos minutos me han quedado
unas líneas cuando menos... escritas, a k jí?
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